Prueba del Nissan GT-R Nismo 2020

«Guau», boca abierta durante unos segundos, eso es lo que pasa cuando te encuentras con un Nissan GT-R Nismo. ¿Realmente necesito escribir una introducción aburrida? No lo creo. Prueba de conducción y fotos del modelo 2020 ¡ahora!

Hace dos años, me puse al volante de un bonito Nissan GT-R naranja, pensando en rendirle un último homenaje antes de despedirme, pero aquí sigue, en el catálogo del fabricante. Para mi gran alegría, inaugura este año nuevos cambios en la versión Nismo. Y no es el menor de estos cambios, la bestia pierde 30 kg en la báscula. Al girarte, te das cuenta del parachoques rediseñado y de las nuevas rejillas de ventilación del guardabarros delantero. Estos últimos enfrían los nuevos discos carbonocerámicos. Pero eso no es todo, si el carbono ya estaba presente, ahora es omnipresente. El capó, las aletas, el maletero, el techo: un montón de piezas de carbono que se unen, entre otras, al imponente alerón. Y si te interesan los coches de ocasión, te recomendamos el concesionario de coches de segunda mano en Madrid Crestanevada.

Bajo el capó, el motor hereda los turbocompresores utilizados en la competición GT3. El 3.8 V6 fabricado a mano por Takumi no ha cambiado y, aunque la potencia se mantiene en 600 CV, se nos promete una aceleración aún más ágil y atrevida. Estoy impaciente por verlo.

Se nota que estás impaciente… Pero antes, empecemos esta prueba con una observación sorprendente. Este R35 decepciona nada más empezar a conducir. El sonido no parece trascendente, su comportamiento es perezoso al engranar hasta 50 km/h, es demasiado fácil de conducir… Luego llega el momento en el que realmente quieres entrar en comunión con él. Para ver lo que tiene en las tripas, sus prestaciones sobre el papel tan impresionantes, su tan cacareada precisión, ¡y ya está! ¡Paf! ¡Qué monstruo! Vuelvo a estar locamente enamorado de este coche…

Nuestro devorador de asfalto está a la altura de mis expectativas, mis recuerdos e hitos están volviendo. Una vez fuera de la jungla urbana, siempre me sorprende lo plana que gira, lo fuerte que te deja entrar en las curvas y lo fuerte que sales. Con este tipo de tracción, es fácil ver que el rápido pif-paf será una formalidad para él. Sobre todo porque la tracción a las cuatro ruedas hace que sea difícil fallar. Afortunadamente, un pequeño botón mágico te permite alternar entre un agarre monstruoso y un derrape sin igual. ¡Y qué sensación es ver este gran botín intentando adelantarnos!

Con un precio de partida de 103.000 euros, el Nissan GT-R ofrece una relación precio/placer/prestaciones muy competitiva. Pero nuestra versión Nismo no está en la misma liga. Al superar la barrera de los 200.000 euros, se acerca más a la competencia. Para comprarlo, tendrás que desembolsar nada menos que 210.000 euros. La pintura Lunar White requiere 1.000 euros más, y ya está. Ah, sí… el malus, con 307 g/km de CO² emitidos, te costará 20.000 euros este año. 40.000 en 2021. 50.000 en 2022. Outch.

En términos de consumo de combustible, es el doble o nada. Es totalmente posible estancarse en torno a los 8 l/100 con un pie ligero, o superar alegremente los 30 l/100 con un pie pesado. En carreteras sinuosas o en circuitos, los 74 litros de combustible pueden agotarse rápidamente.

Con las sensaciones y emociones que aporta, desde luego que sí. Después de una breve pausa, cuando decido retomar el ritmo, no tardo en volver a acelerarlo. Sentado cómodamente en mi asiento Recaro de carbono y agarrado al volante de Alcantara, me olvido rápidamente de este interior envejecido y envío la aguja del velocímetro al rojo. 3.000, 4.000, 5.000, 6.000, 7.000 rpm, no para de subir en un estruendo ensordecedor. Mucho más ruidoso que el «original», el Nismo nos grita literalmente mientras alcanza velocidades inconfesables con demasiada rapidez. El Launch Control levanta el coche, deja un poco de goma en el asfalto, aplasta nuestros órganos y nos catapulta hasta los 100 km/h en sólo 2,8 segundos. Os podéis imaginar la sonrisa que se me dibujó en la cara y que me acompañó todo el fin de semana.

Entre sonrisas, pulgares en alto y fotos, compartimos nuestro placer con la población que encontramos durante el trayecto. Especialmente al pasar por los pueblos, no pasamos desapercibidos, ya que emite ruidos dignos de un coche de competición. ¡Este Nismo está vivo! Las marchas chasquean, los frenos chirrían, las suspensiones golpean, el ambiente está ahí. Pero lo que estamos esperando es la pequeña señal que susurra «Adelante, libera los pistones», y en una fracción de segundo nos vamos…

Es con indisimulada felicidad que encontramos algunos virolos. Con el modo R activado, la bestia se vuelve aún más expresiva. En modo manual, es un placer utilizar las levas para subir o bajar una de las 6 (¡únicas!) marchas. Marchas que cambian en un santiamén, como puedes imaginar. Más adelante, las enormes pinzas Brembo de 6 pistones muerden hambrientas los discos, también enormes (410 mm delante, 390 mm detrás), e incluso nos frenan antes de lo esperado. A medida que pasan los kilómetros, hay que aprender a utilizar el pedal izquierdo y ganar confianza al saltar de una curva a otra. Los 652 Nm de par se liberan al pisar el pedal derecho, y los turbos silban al instante y con más fuerza que nunca. Como resultado, la aceleración en la salida es extremadamente eficaz y nunca hay tiempo para respirar.

Pues no, esa es la belleza del Nissan GT-R. Es un perfecto conductor diario. Puede que cueste más que el Qashquai, pero la suspensión razonablemente firme no convierte los desplazamientos diarios en una tortura. En el modo «Salvar», la calma y docilidad de Godzilla hacen posible que acuda todos los días a la oficina en su compañía. Ya haga sol, llueva o nieve, puedes sentirte completamente seguro al volante. Además, el maletero de 315 litros facilita hacer recados o tomarse unas pequeñas vacaciones.