Ventajas e inconvenientes de las centrales térmicas

¿Qué son esas famosas «centrales térmicas» de las que leemos regularmente en la prensa? ¿Por qué se construyen en Polonia mientras España parece querer deshacerse de ellas? De hecho, es importante entender que el término «central térmica» es extremadamente ambiguo y abarca una variedad de realidades. Si aún no lo ha hecho, le aconsejamos que lea nuestro artículo en el que se detallan los distintos tipos de centrales térmicas.

Para ir más allá, hoy abordaremos el tema de forma crítica con la ayuda de la empresa MLG Electrosolar, tratando de entender por qué las centrales térmicas tienen tanto éxito, pero también por qué atraen a tantos detractores. ¡Debatamos!

Ventajas de las centrales térmicas

Cuando los medios de comunicación hablan de «centrales térmicas», suelen referirse a las centrales de combustibles fósiles, es decir, a las que funcionan con la quema de combustibles fósiles: carbón, fuel o gas.

Sin embargo, como hemos dicho, esta definición es demasiado restrictiva. Las centrales nucleares, al igual que algunas energías verdes, son también centrales térmicas. Por ello, en el resto de este artículo trataremos de evaluar las cualidades y los defectos de estas diferentes tecnologías.

Algunas centrales térmicas son respetuosas con el medio ambiente

¿Son las centrales térmicas respetuosas con el medio ambiente? Es algo que no se oye a menudo, pero ¿sabía que algunas centrales solares son térmicas? Se denominan más a menudo «centrales solares termodinámicas». A diferencia de las centrales fotovoltaicas (que convierten las ondas de luz directamente en electricidad), estas centrales utilizan espejos para centrar el calor del sol dentro de un fluido de transferencia de calor. El calor de este fluido se utiliza para generar electricidad. Al igual que la energía solar fotovoltaica, la energía solar termodinámica utiliza una fuente de energía inagotable (el sol) y no emite CO₂. Aún mejor: la energía solar termodinámica puede retener el calor durante horas. Por lo tanto, este tipo de central funciona día y noche.

Las centrales geotérmicas son otro ejemplo. Estas centrales aprovechan el calor de la corteza terrestre para producir electricidad; se trata, pues, de una fuente de energía natural e inagotable, cuya transformación no genera CO₂.

Es una fuente de energía estable que se adapta a las necesidades

Como hemos dicho, las centrales térmicas son todas muy diferentes… Y, sin embargo: ¿sería posible encontrar un pequeño denominador común? De hecho, lo es. Porque todas las centrales térmicas pueden adaptar la producción de electricidad en función de las necesidades; no son fuentes de energía intermitentes (como la eólica, la fotovoltaica o la hidráulica de pasada).

Algunas centrales térmicas son especialmente potentes en este ámbito: es el caso de las centrales de carbón, gas y petróleo, y esto es parte de la razón de su éxito. Esto se debe a que estas plantas se basan en el combustible, por lo que solo hay que utilizar más o menos combustible para producir más o menos electricidad. Las centrales nucleares, en cambio, son adaptables porque la fisión del reactor puede controlarse: los operadores eligen la intensidad de la reacción.

En cambio, las centrales geotérmicas funcionan de forma continua: ¡la corteza terrestre nunca cambia de temperatura! Del mismo modo, mientras que las plantas solares termodinámicas no almacenan combustible, pueden almacenar el calor directamente dentro de un fluido de transferencia de calor, lo que, al final, es prácticamente lo mismo.

Desventajas de las centrales térmicas

Adaptables, potencialmente respetuosas con el medio ambiente (en el caso de la geotermia y la termosolar), bastante baratas (en el caso de las centrales de combustibles fósiles)… Si las centrales térmicas tienen estas cualidades, ¿por qué son tan denostadas? Una vez más, vayamos caso por caso.

Algunas centrales térmicas son muy contaminantes

Las centrales eléctricas de combustibles fósiles son la principal fuente de electricidad del mundo. Por desgracia, estas plantas son muy contaminantes, ya que extraen el carbono almacenado en el subsuelo (en forma de carbón, gas o fuel), lo queman y lo liberan a la atmósfera. Por tanto, estas plantas contribuyen directamente al calentamiento global. A escala mundial, por ejemplo, las centrales eléctricas de carbón son responsables de casi la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Todos los expertos coinciden en que los objetivos del Acuerdo de París solo pueden cumplirse con una rápida eliminación del carbón, el petróleo y el gas. Un camino en el que pocos países están realmente…

Los problemas de las centrales nucleares

Sí: las centrales nucleares son centrales térmicas. Sin embargo, no funcionan con llama y combustión, sino mediante fisiones. ¿El resultado de este proceso? Los famosos residuos nucleares, los más radiactivos, pueden ser peligrosos durante varios cientos de miles de años. Hoy en día, nadie sabe realmente cómo deshacerse de él. La mayoría de los ingenieros esperan enterrarlo muy profundamente, pero ningún país ha dado todavía el paso.

Además, las centrales nucleares son potencialmente peligrosas en caso de terremoto, inundación, mal mantenimiento o incluso actos malintencionados. Fukushima aún está fresca en la mente de todos. Si una tragedia así ocurre en la tercera potencia mundial, ¿quién puede decir realmente que está a salvo?

Así, vemos que el término «central térmica» designa realidades muy diferentes. Mientras que algunos son contaminantes o potencialmente peligrosos para las generaciones futuras, otros, por el contrario, bien podrían representar el antídoto contra la crisis climática. Una paradoja… un tema candente.